TOMA DE ESCAPULARIO EN BILBAO
- eibarkarm
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El sábado 13 de diciembre, víspera de San Juan de la Cruz y del tercer domingo de Adviento, domingo de la alegría, hemos celebrado también la toma de Escapulario de nuestra nueva hermana Antonia.
Fue como de costumbre durante la celebración de la Eucaristía, que el padre José Ramón, quiso centrarla en San Juan de la Cruz ya que mañana será la apertura de la celebración de sus centenarios.
Además de la alegría por una nueva hermana, que siempre es como un soplo de aire fresco que nos mueve a la esperanza, las palabras de San Juan de la Cruz, en la homilía, nos iban como diría nuestra madre Teresa “engolosinando”. Obtenidas del libro “llama de amor viva” el fuego y la leña, siempre amigos, pero a veces la leña, está húmeda o sucia y entonces el fuego, la va calentando (purificando) y la leña sufre, crepita quejosa, se resiste, pero luego se convierte en una gran llama. Así también nosotros, como la leña, a veces necesitamos esa purificación, aceptar la voluntad de Dios, que a veces nos cuesta, pero luego nos hace crecer en gracia. De esa forma estamos preparados para ser llamas vivas. Pequeñas llamas unidas a la “Gran Llama”, que es Jesús.
Antonia recibió emocionada el Escapulario, con el compromiso de seguir formándose y orando con nosotros, como pequeñas llamas de Jesús.
Le dimos la bienvenida a la fraternidad y el padre José Ramón le dijo, que la Virgen le traerá grandes devociones como Madre Auxiliadora y a la que rezamos como Santa Madre de Dios y le pedimos que ruegue por nosotros, que Ella le iba a ayudar y dar auxilio en los momentos difíciles.
Sacamos fotos para el recuerdo, y le entregamos el libro de las Constituciones. Todos le felicitamos y le dimos la bienvenida.
El jueves tendremos un ágape como preludio a la Navidad y también para celebrar la llegada de nuestras dos hermanas: Greys y Antonia. Alabado sea Dios y que la Virgen del Carmen les lleve de la mano y les ayude a perseverar en esta nueva aventura que han comenzado y sientan siempre el apoyo del grupo y de nuestros padres carmelitas.





























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