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Nuestras Casas

Los Carmelitas Seglares, junto con los Frailes y las Monjas, son hijos e hijas de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo  y de Santa Teresa de Jesús.  Por lo tanto, comparten con los religiosos el mismo carisma, viviéndolo cada uno según su propio estado de vida.  Es una sola familia con los mismos bienes espirituales, la misma vocación a la santidad ( cf. Ef 1,4; 1 Pedro 1,15) y la misma misión apostólica.  Los Seglares aportan a la Orden la riqueza propia de su secularidad.

La vocación del Carmelo Teresiano es un compromiso a “vivir en obsequio de Jesucristo”, “meditando día y noche la ley del Señor y velando en oración”. Fiel a este principio de la Regla, Santa Teresa puso la oración como cimiento y ejercicio primordial de su familia religiosa. Por eso, el Seglar está llamado a procurar que la oración penetre toda su existencia, para caminar en la presencia del Dios vivo (Cf. 1 Re 18,14), mediante el ejercicio constate de la fe, la esperanza y el amor, de manera que toda su vida sea una oración, una búsqueda de la unión con Dios. La meta será lograr integrar la experiencia de Dios con la experiencia de la vida: ser contemplativos en la oración y en el cumplimiento de la propia misión

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