Encuentro Anual de los Antiguos Alumnos Carmelitas
eibarkarm
hace 3 horas
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El sábado, 29 de noviembre, celebramos el Encuentro Anual de los Antiguos Alumnos Carmelitas, gremio de la Familia Carmelitana de nuestra Provincia. Nos reunimos en el Carmen de Vitoria. Comenzamos con una oración introductoria que nos dirigió el P. Antonio Viguri. La celebración de San Saturnino en ese día en Pamplona restó la presencia de algunos asistentes asiduos de Navarra. De los Hermanos de la Provincia participamos el infrascrito, el P. Antonio Viguri, el P. José Ramón Iturriaga y el P. Jesús Mª Garay. Entre todos los presentes era manifiesta la alegría general y la vibración emotiva, recordando los años de nuestra juventud común que nos marcaron para la vida.
Fuimos presentándonos con la indicación de nuestra residencia, de nuestra edad y del año de ingreso en el Colegio Preparatorio de Amorebieta. Alguno, como Javier Irazabal, se extendió algo más. Nos indicó su currículo profesional con los estudios fuera y dentro de la Orden, donde cursó la carrera eclesiástica completa. Y nos recordó esta observación pertinente: “Todas las etapas de nuestra vida están en este momento de alguna manera dentro de nosotros mismos: nuestra niñez y nuestra juventud; nuestra edad adulta y nuestra edad madura están de manera activa y en desarrollo permanente hasta nuestra muerte. Actúan y siguen actuando en cada momento de nuestro presente. Todo ello, a la vez, es una unidad vital activa que sigue transformando nuestro presente”. Y nos animó a consultar su escrito “Cuando vivíamos en GARABO. Testimonios y recuerdos de un pasado olvidado y escondido” (revista “Askegi”, n. 15, 2022), que se puede consultar en Internet como “Gárabo en el recuerdo”.
El P. Dámaso Zuazua tomó la palabra para excusar la ausencia de algunos exalumnos que, impedidos de participar, enviaban sus saludos. Excusó también al P. Provincial, quien –con todo- nos envió un mensaje cálido de participación que transcribo:
“Queridos amigos,
Era mi intención acompañaros en la primera parte de este nuevo encuentro que celebráis en nuestro convento de Vitoria-Gasteiz, pero ayer falleció una hermana carmelita descalza en Zaldibar y tengo que hacerme presente en el funeral que tendrá lugar esta mañana.
Siempre es bueno encontrarse con los hermanos y amigos para compartir la vida y las inquietudes que surgen. El buen recuerdo de vuestra experiencia en nuestra Orden os une, una vez más, en un encuentro como el de hoy.
Con estas palabras os quiero transmitir, en nombre de todos mis hermanos, que os sintáis parte de la Familia Carmelitana de nuestra Provincia de San Joaquín de Navarra. Algunos ya participáis en los grupos y actividades. En nuestra Provincia contamos con varias realidades carmelitanas en donde podéis seguir profundizando en este carisma tan bello, como es el carisma teresiano, tan actual para los tiempos que nos toca vivir.
Se acerca la Navidad. Compartiremos en nuestras comunidades y familias la alegría que nos trae el nacimiento de Jesús. La Navidad es tiempo de esperanza. Nunca perdáis la esperanza en Jesús. Es la respuesta a tantas preguntas e inquietudes que surgen en el camino de la vida. Recojo unas palabras que el Papa León pronunció el pasado miércoles durante la Audiencia General:
"La esperanza actúa como el impulso profundo que nos hace caminar en las dificultades, que no nos hace rendirnos ante las fatigas del viaje, que nos asegura que el peregrinaje de la existencia nos conduce a casa. Sin esperanza la vida corre peligro de aparecer como un paréntesis entre dos noches eternas, una breve pausa entre el antes y el después de nuestro paso por la tierra. Esperar en la vida significa en cambio saborear la meta, creer como seguro aquello que no vemos, todavía no vemos ni tocamos, fiarse y confiarse en el amor de un Padre que nos ha creado porque nos ha querido con amor y nos quiere felices".
Un abrazo a todos y mis mejores deseos para vuestras familias.
P. Jon Korta, Provincial”
Sentados en la capilla diaria del Carmen de Vitoria, abrimos el diálogo. Recordamos con agradecimiento, en primer lugar, a los dos Carmelitas que más propiciaron estos encuentros, como fueron el P. Eliseo Lejarza y el P. José María Jáuregui. Auguramos para el futuro una mayor comunicación entre nosotros, sobre todo, con información de nuestros acontecimientos familiares, como celebraciones conmemorativas o duelos para encomendar los difuntos al Señor o participar en los funerales.
Dámaso Zuazua ofreció una información somera sobre la vida del Carmelo hoy en el mundo. Disminuye la presencia de la Orden en Europa, pero experimenta un compensatorio crecimiento en otros países, como la India con 1.200 frailes, Indonesia, algunas repúblicas africanas, como Congo, Nigeria o Madagascar. Se asiste a un nacimiento prometedor en Vietnam y hasta en China. De este modo el número de 4.000 frailes Carmelitas en el mundo permanece estable. Así tenemos un Carmelo más universal, más pluricultural. Zonas de peligro donde están los Carmelitas pueden considerarse Ucrania, Nigeria, Rep. Democrática del Congo, India… No olvidamos a nuestras Hermanas Carmelitas, que permanecen en zonas tan peligrosas como Alepo en Siria.
A la pregunta si convenía desarrollar algún tema carmelitano en estos Encuentros se respondió que su interés residía en nuestra comunicación espontánea, vivencial, evocativa. Nos reafirmamos en la idea de que Vitoria es el punto geográfico más indicado para nuestros Encuentros. En cuanto a la fecha del Encuentro, se recordó –de nuevo- que sería conveniente adelantarlo a la primera quincena de octubre. En cualquier caso, quedó clara la satisfacción de nuestra pertenencia a la Familia Carmelitana.
Pasamos a la eucaristía sabatina en la iglesia. A falta de organista por la rotura del peroné de nuestro P. Javier Compés el Carmelita colombiano P. Nelson Londoño, residente en Vitoria, animó desde el coro nuestra misa con su voz y guitarra vibrantes. El P. Cipriano Sánchez, Prior de Vitoria, nos dirigió una alegre homilía, llena de optimismo para nuestras vidas. Cantamos, por supuesto y con el mismo entusiasmo que antaño, el himno del Colegio “Juventud, semillero divino”, letra del villavés Augusto Donázar y música del corellano P. Javier Navarro de San José. La fotografía del grupo en las gradas del altar mayor perpetuará el recuerdo de nuestro Encuentro.
En alegre y entusiasmada conversación entre nosotros llegamos al restaurante de la Taberna de Eusko Alkartasuna de la calle San Prudencio en Gasteiz. Allí compartimos nuestro almuerzo festivo. Algunos de los participantes tuvieron que despedirse por obligaciones familiares o sanitarias. Los sentados a la mesa éramos 22 comensales.
El Encuentro sirvió, sin duda, para afianzar más nuestra pertenencia común al Carmelo, a pesar de la edad, a pesar de los diversos avatares por donde nos haya llevado la vida. El Carmelo de nuestra juventud ha seguido iluminando nuestra existencia, ilumina todavía nuestras vidas con el buen recuerdo que reconforta.
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