Promesas definitivas en la OCDS de Pamplona en la fiesta de San Juan de la Cruz
- eibarkarm
- 17 dic 2024
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Fue un magnífico colofón al triduo de nuestro P. San Juan de la Cruz el que tuvimos en nuestra comunidad de la OCDS de Pamplona: la celebración de las promesas definitivas de Esther Lomas y José Andía.
Tras un periodo completo de formación, Esther y Josecho llegaron a este señalado día con una enorme ilusión y con gran alegría de todos los que formamos esta comunidad. Recibir hermanos preparados y con ganas de continuar en su formación personal y comunitaria es una alegría para todos nosotros. Desde estas líneas les mostramos nuestro agradecimiento y nuestro cariño.

El día fue intenso para los dos, vivieron una jornada completa. Por la mañana tuvieron un encuentro con el P. Asistente, Angel Santesteban y con Marina Arraiza, presidenta del Consejo Local de Pamplona, durante el cual, compartieron textos adecuados a la celebración y oraron con la meditación de los mismos. Al final, ensayaron brevemente la celebración de la tarde.
La celebración de la Eucaristía se inició a las 6,30 de la tarde. Asistió un grupo numeroso de fieles. La celebración estuvo presidida por el P. Provincial Ion Korta y por los frailes de la comunidad de Pamplona, Angel Santesteban, Ildefonso Moriones y Agus Joni, acompañando los cantos desde el coro con el órgano el P. Javier Compés
La celebración fue muy participada y se desarrolló de acuerdo a las normas que indican las Constituciones de la OCDS.

En la homilía el P. Provincial nos expuso tres ideas fundamentales para enraizarnos adecuadamente en nuestra vida espiritual´
Volar alto. Tener deseos de Dios, deseos de santidad, decisión para ser santos.
Alimentarnos de La Palabra, de Su palabra. Y de todo lo que nos ayude a nuestra solidez espiritual.
Que nuestra relación con los hermanos sea fiel reflejo de nuestra relación con Jesús. Huyamos de los misticismos egocéntricos y de la espiritualidad que no contagia nuestro entorno más cercano. Debemos crear “buen rollo” alrededor nuestra; que sea consecuencia – casi involuntaria – de nuestra manera de ser.

Finalizada la homilía y tras la pronunciación de las promesas y la aceptación de los nuevos hermanos, se cantó gozosamente el salmo ““Ecce quam bonum, et quam iucundum habitare fratres in unum” (Cuán bueno y cuán agradable es vivir los hermanos en armonía).
Finalizada la Eucaristía, Marina entregó un regalo a los dos miembros nuevos de la comunidad OCDS.
Tras las fotos para el recuerdo, pasamos a la sala habitual de las celebraciones. Hay que dar las gracias de todo corazón a las personas que prepararon la “más que merienda”. Fue un banquete, y la asistencia de las personas y el cariño de todos: un regalo.
Enhorabuena a Esther y Josecho. ¡Un abrazo! Y ¡gracias a todos!
Cronista: José Manuel Echeverría


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