OCDS PAMPLONA. RETIRO DE ADVIENTO

Este sábado, 25 de noviembre, en el convento de los Carmelitas Descalzos en Pamplona, vivimos la comunidad de la OCDS de Pamplona, con la asistencia del P. Ángel Santesteban, OCD, el retiro de todo el día, programado para preparar el Adviento.

Acudimos prácticamente toda la comunidad teniendo presentes a aquellos hermanos que no pudieron acompañarnos por motivos de salud. Además, vivimos la alegría de la presencia de tres invitadas Pili, Ana y Tatiana, ésta última había llegado desde Logroño.

Comenzamos el día con un desayuno a las 10 del mañana acompañado de muchos saludos y presentaciones. A continuación, una motivación presentada por el padre Ángel, con un protagonista central, San José, nos ayudó a vivir el silencio que continuó terminada la charla. Entender el silencio, sufrimiento desde la palabra como lo vivió San José, se ofreció como hilo conductor en la oración de cada uno.

La disponibilidad del sacramento de la confesión y la exposición del Santísimo pusieron fin a la mañana. A continuación, una comida compartida con paréntesis en el silencio, nos llevó a orar de otra manera, desde el compartir con los hermanos hasta la alegría que siempre acompaña reponer fuerzas alrededor de una mesa.

El programa de la tarde lo iniciamos con una propuesta de nuestra Presidenta Marina, para dar pasos con la finalidad de hacer realidad en Pamplona el “Servicio de Escucha” que tan buena acogida está teniendo el Logroño. Casualmente Tatiana, de Logroño, forma parte del voluntariado de este servicio en La Rioja y nos explicó los objetivos y los primeros pasos a dar para que pueda ser operativo. Dentro de los que estábamos allá se ofrecieron hermanos como voluntarios para participar en este Servicio sin olvidar que todos vamos a poder participar desde la oración.

Puso punto final al día una Eucaristía participada en lecturas, peticiones y acción de gracias por todos los hermanos.

Gracias al Consejo de la Comunidad de Pamplona por los preparativos necesarios en el día. Al Padre Ángel por su compañía, ayuda, impuso de la Comunidad. A los frailes carmelitas por su acogida en el convento. A los que servisteis la mesa con tanto cariño. A todos los hermanos, a nuestras invitadas Pil, Tatiana, Ana. Nuestra casa siempre va a ser vuestra casa. Todos ayudamos a hacer un día especial y a ti Jesús, muchas gracias, eres el mentor de todo lo que vivimos.