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Encuentro Anual de nuestros Antiguos Alumnos. Vitoria – Gasteiz, 16 de noviembre del 2024.




En el Consejo Provincial, celebrado el 20 de septiembre en el convento de Logroño, se determinó retomar y organizar el Encuentro Anual de nuestros Antiguos Alumnos, que en el pasado solía conocer una muy nutrida afluencia. Desde la pandemia llevábamos cuatro años sin reunirnos. Con esto habíamos perdido muchos contactos. Este año lo hemos celebrado el sábado, 16 de noviembre, en nuestro convento de Vitoria.

El encargado provincial, P. Dámaso Zuazua, envió el 25 de septiembre una primera circular. Trató de contactar con los pocos enlaces a su alcance, rogándoles que difundieran cuanto más pudieran el contenido del escrito: la convocatoria del próximo Encuentro a las 11,00 de la mañana en la fecha indicada. El teléfono árabe, de la boca a la oreja, ha funcionado. Así tenemos un primer listado actualizado de contactos telefónicos y de direcciones electrónicas, que se irá incrementando con nuevos contactos.

Para la Jornada Anual de este año logramos reunirnos 42 participantes. Desde los primeros saludos se notaba la satisfacción del Encuentro, tras la pausa de cuatro años. Enseguida afloraban recuerdos de una ilusión, de un ideal compartido en nuestra común juventud vivida en nuestros colegios. No importa que el aspecto general fuera de personas maduras en años. El entusiasmo era vibrante y juvenil.

El P. Provincial abrió la sesión en la sala del claustro procesional del convento de Vitoria. Tras la bienvenida, dirigió una oración por la paz, por nuestras familias, por el Carmelo, por las necesidades del mundo. Les invitó a un acercamiento más decidido a la Orden, que en su tiempo fue el ideal de sus vidas. En concreto, les invitó participar en los programas que ofrece la Provincia; por ejemplo, en la Casa de Espiritualidad de Larrea, en la peregrinación de la Familia Carmelitana del año que viene a Roma con motivo del Jubileo, ...

El P. Dámaso insistió en el mismo sentido, declarándoles que son miembros efectivos de la Familia Carmelitana. A este propósito, les dirigió algunas preguntas y les presentó algunas propuestas: Si quieren ser invitados a la celebración anual de la Familia Carmelitana, en qué mes les parece oportuno mantener nuestro Encuentro Anual, decantándose por el mes de octubre, que para sus lecturas de preferencia puedan servirse de nuestras bibliotecas conventuales, que nuestras comunidades están dispuestas a acogerles en sus visitas y permanencias. Por nuestra parte, el buzón de acogida permanece abierto para propuestas que puedan surgir durante el año, para deseos que se quieran manifestar. La oración del Carmelo nunca olvidará de encomendar las vicisitudes familiares de nuestros antiguos compañeros, a los que siempre consideramos hermanos nuestros.

El decano de los participantes fue el lemoatarra o lemonés Javier Mancisidor, profeso del año 1951 en Larrea. Las seis provincias civiles de la demarcación de nuestra Provincia carmelitana estuvieron representadas. Luis Mari Berrio, de Arrasate-Mondragón, se ofreció para servicios de información al grupo.

Tras la presentación sumaria de los presentes, pasamos a la misa sabatina en honor de la Virgen del Carmen en la iglesia. Fue una misa solemnemente concelebrada y presidida por el prior de Vitoria, P. Cipriano Sánchez. Era escalofriante, conmovedoramente emotiva, la vibración con la que todos cantamos al final el himno de nuestros Colegios: “Juventud, semillero divino, / del Carmelo alegrías y virtud…” Al órgano nos acompañó el P. Javier Compés, de la comunidad de Pamplona.

Para el almuerzo fraterno y festivo nos trasladadamos al restaurante del santuario mariano de Estíbaliz, atendido por las Hermanas de la Congregación de las Peregrinas de la Eucaristía. Fue un entorno evocativo para la buena mesa.

Allí, de viva voz en la despedida, y después en algunos mensajes WhatsApp son muchas las manifestaciones de gran satisfacción, de entusiasmo por la alegría del Encuentro que han manifestado los participantes. Se ve que el ideal de nuestra juventud, a quién más, a quién menos, nos marcó a todos. Todos entendimos el mensaje central de la Jornada: Desde nuestra mejor juventud hemos sido marcados por la Familia Carmelitana y a ella pertenecemos. Esto es esperanzador. Se abren perspectivas de un compartir franco y fraterno.

                                                 Dámaso Zuazua, ocd,

                                 zuazuaocd@gmail.com, Tel.:  664 024 057

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