Panajachel, 24 de septiembre de 2017
Amor para todos, odio para nadie.
El día 23 de septiembre, en Oklahoma, tuvo lugar la Santa Misa en la que se declaró oficialmente beato al P. Satnley Francis Rother Apla´s. Nació el 27 de marzo de 1935 en Okarche, Oklahoma, Estados Unidos. Cuando tenía 33 años de edad llegó a Santiago Atitlán, Sololá, Guatemala, pueblo que se encuentra frente a Panajachel truzando el lago Atitlán.
Durante el conflicto armado interno en Guatemala, fueron asesinados muchos civiles inocentes y religiosos. El Padre Rother hace mención en una de sus cartas que su nombre y el de otras personas aparecen en una lista negra. En su carta navideña de 1980, el Padre Rother escribía:”El pastor no debe huir” y la gente lo necesitaba. Un pastor carmelita, que no está en América, en aquellos tiempos, al reclamarle su huída dejando el rebaño desprotegido, me decía:”El líder no debe morir nunca”. Proseguía el Padre Rother: “Recen por nosotros, que seamos señal del amor de Cristo a nuestra gente, que nuestra presencia les fortalezca para aguantar el sufrimiento en la preparación de la venida del Reino”.
Las condiciones empeoraron, él regresó a Oklahoma pero al corto tiempo, a pesar del peligro, regresó a la misión con su fe en Dios y debido al gran amor que le tenía a su gente. En la noche del 28 de julio de 1981, tres hombres entraron en la rectoría y dispararon contra el Padre Rother. El corazón del Padre Rother está enterrado en la iglesia de Santiago Atitlán, Guatemala y su cuerpo en el cementerio de la Santísima Trinidad en Oklahoma. El papa Francisco reconoció su martirio por el que fue beatificado ayer. Francisco ha dejado claro que cree que los sacerdotes asesinados durante las dictaduras derechistas de América Latina murieron por intolerancia religiosa.
Recuerdo cuando llegaba a las reuniones mensuales de los presbíteros. Sus intervenciones eran cortas y muy sensatas. Nunca salía de su boca una palabra de reproche ni de crítica. Siempre dispuesto a colaborar con las directrices del Pastor, Mons. Angélico M. Melotto. Aprendió el idioma maya tz´utujil. Colaboró en la traducción del Nuevo Testamento y los libros litúrgicos al idioma maya tz´utujil. Su vida pastoral es digna de imitar en nuestras actividades y acciones diarias en la familia, en el trabajo y círculos de la sociedad. Con este beato hemos tenido la suerte de evangelizar en Sololá. Ahora, cerca del Padre nos echará una mano. .
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