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P. Máximo Beobide Basurto - Del Carmelo de Santutxu al Cielo.


P. MÁXIMO

BEOBIDE BASURTO

(Máximo

de la Sagrada Familia)

(1932-2018)

"DEL CARMELO DE SANTUTXU AL CIELO"

-El P. Máximo Beobide Basurto nació en una familia profundamente cristiana en Zeanuri (Bizkaia) el 24 de enero de 1932. Era el mayor de tres hermanos. Sus padres fueron Nicolás y Ramona. En el clima religioso y cristiano de su familia aprendió de desde niño a amar a Dios, a rezar, el catecismo....Y Dios le escogió y le llamó.

- A los 11 años llegó al Colegio que la Orden del Carmen tenía en Villafranca de Navarra y, después de cursar cinco años de Humanidades, hizo el año de Noviciado en Larrea-Amorebieta (Bizkaia) y, seguidamente, la Profesión simple o temporal también en el mismo Larrea, el día 29 de de agosto de 1949.

-Completó sexto de Humanidades en Markina (Bizkaia) y los tres años de filosofía en Vitoria (1950-1953), pasando para cursar los últimos cuatro años de la carrera eclesiástica (1953-1957) al Teologado de la Orden en Carmelo de Begoña, Bilbao, donde hizo la Profesión Solemne o perpetua el 11 de abril de 1955.

-Una vez concluidos los estudios eclesiásticos de filosofía y teología, fue ordenado de sacerdote por Mons. D. Pablo Gúrpide, obispo de Bilbao, el 7 de abril de 1957. Desde esa fecha su residencia ininterrumpidamente ha sido el Carmelo de Bilbao, donde ha sido muchos años Ecónomo de la Comunidad y ha desempeñado su ministerio pastoral y presbiteral con el aprecio, admiración y gratitud de la gente, que le ha querido. Quizá la razón, por la que no ha tenido nunca otra residencia que Carmelo de Santutxu-Bilbao, es lo muy apreciado y valorado que ha sido siempre por parte de la comunidad y de la mucha gente/feligresía, que acude habitualmente a nuestra iglesia. Por su sencillez, disponibilidad, alegría y carácter dialogante con todos..., lo mismo en la calle que en el despacho parroquial, el P. Máximo ha sido una persona muy querida y conocida.

-Aunque últimamente su salud estaba bastante quebrantada, hasta el último momento de su vida, ha estado al servicio de la comunidad y de la parroquia. Pero, finalmente, en la madrugada de 8 a 9 diciembre, tras haber sufrido un derrame cerebral severo y ser ingresado urgentemente en el Hospital de Basurto, nos ha dejado, a los 86 años, para ir a la casa del Padre y de la Madre del Carmen, de la que sido un hijo muy devoto.

Hitos en la vida del P. Máximo, sacerdote carmelita

Espero que no me traicione la relación fraternal y amistosa que durante tantos años he mantenido con el P. Máximo en el momento de escribir su nota necrológica, que por su misma naturaleza no puede ser demasiado extensa. Resulta difícil objetivar y enmarcar la rica figura humana, religiosa y sacerdotal del P. Máximo, y su proyección tanto hacia dentro como hacia fuera de nuestra comunidad del Carmelo.

1) P. Máximo en la vida intracomunitaria

Lo primero que quiero destacar en el P. Máximo, y con mayúsculas, es su vida intracomunitaria, en la comunidad con nosotros sus hermanos y amigos carmelitas. Su vida como carmelita, su relación con los demás miembros de la comunidad, su disponibilidad para cualquier trabajo, pastoral o no, su alegría y optimismo, su cariño e interés por todo lo relacionado con la buena marcha de la comunidad como tal y de cada uno de los miembros de la comunidad... ha sido espléndida, ejemplar y gratificante para todos. Ha sido siempre en la comunidad un miembro aglutinador y positivo. Se sentía feliz y contento en la convivencia armoniosa de todos y sufría por la más mínima fricción, que alguna vez ha podido ver o vivir personalmente.

Por su profundo sentido comunitario, mientras la salud le ha permitido, prácticamente nunca ha faltado a la diaria oración mental y al diario rezo comunitario del Oficio de horas en la capilla. Se sentía muy integrado en la comunidad y valoraba mucho todo lo que favorece la fraternidad y amistad entre todos: las reuniones comunitarias, la recreación, el trabajo en común, los paseos, etc. Creo que siempre ha tenido muy presente lo que el Señor dice al respecto: "Lo que hicisteis por uno de estos mis humildes hermanos...". Era consciente de que cuanto mayor es la integración en la comunidad con los hermanos se es mejor religioso. Ha sido una persona para vivir en compañía de otros, siendo feliz y haciendo felices a los demás. Su presencia en nuestra comunidad de Carmelo de Begoña ha sido un don, un regalo de Dios para todos. Eskerrik asko Máximo.

2) La vida extracomunitaria

Su vida y trabajo extracomunitario ha sido igualmente ejemplar, generoso y desinteresado. Y bien se lo ha recompensado la gente con su cariño y con su masiva presencia en la celebración de su funeral abarrotando, como pocas he visto, la iglesia del Carmelo, que no es precisamente pequeña. Es verdad que la buena siembra da fruto abundante. Voy a señalar especialmente cinco muestras de su labor pastoral: Catequesis del Carmelo, Juventud Carmelo y Praga, parroquia, Orden carmelitana seglar, Ikastola "Kirikiño".

-La Catequesis de niños del Carmelo, desde su erección el año 1933 por el P. Teodosio de la Sagrada Familia, ha sido uno de los apostolados más eficaces y de mayor estima de parte de la Comunidad del Carmelo, y de su funcionamiento se ha sentido especialmente orgullosa. La Catequesis ha sido la obra educativa religiosa más importante del convento-iglesia del Carmelo de Begoña, acogiendo y educando cristianamente a buena parte de la población infantil y juvenil de Santutxu, sin que por ello queramos desmerecer la labor en el mismo campo religioso de los colegios de Berrio-Ochoa y Nuestra Señora de Begoña. Bajo la dirección del P. Dominique (el francés), que murió el 2 de noviembre de 1963, la Catequesis del Carmelo fue progresivamente creciendo en número de catequizandos. El P. Máximo, durante algunos años fue colaborador y ayudante del P. Domnique que, en sus dos últimos años de vida, lleno de achaques tuvo que ir dejando primero la Catequesis y después la Cofradía del Niño. Y el año 1961 recae sobre el P. Máximo toda la responsabilidad y dirección de la Catequesis.

El impulso que recibe la Catequesis con el P. Máximo es notable. Según un informe suyo, enviado al Provincial en 1967, la Catequesis contaba con unos 100 catequistas y con 1.700 niños matriculados, de los que habitualmente asistían a los cursos una media 1.500. Se procura que el niño, a medida que avanza en los cursos, se vaya alistando en la sección infantil de la Juventud.

Tras la erección en parroquia de nuestra iglesia del Carmelo, el 19 de marzo de 1970, por decreto de Mons. D. José María Cirarda, Administrador Apostólico de la diócesis de Bilbao, la Catequesis pasa a ser parroquial y continúa su labor diversificando los niveles de formación. Se continúa con la instrucción previa a la Primera Comunión, que daba ocasión para el contacto directo con los padres de los niños. La formación de los adolecentes para la Confirmación dio lugar a cursos especiales para ellos. Hay que señalar, sin embargo, que al fijarse los límites parroquiales se redujo el número de niños asistentes, aunque en 1975 el número seguía siendo superior a mil y unos cien seguían siendo los catequistas. El año 1981, el P. Inchaurregui se hizo cargo de la catequesis en castellano y el P. Máximo se quedó con la recién creada sección en euskera. Posteriormente, las cifras han decaído debido al descenso de natalidad y a la progresiva secularización, de la que hemos tenido muchas secuelas entre nosotros. Aita Máximo, sin embargo, se ha mostrado fiel a la catequesis, también cuando las cifras eran más humildes, 90 niños y niñas, en la K.G.K.T. en 2017. Y ha hecho lo que ha podido en 2018.

-Juventud Carmelo y Praga. Nació el 1 de enero de 1918, siendo su fundador y primer director el P. Teodoro de San José. Nació sin perfiles definidos, con la finalidad de dar continuidad y soporte espiritual a los niños que, llegados a la adolescencia, abandonaban la Cofradía del Niño Jesús de Praga. Cuando se erigió la Catequesis en 1933 por el P. Teodosio de la Sagrada Familia, con los primeros cuarenta niños y doce catequistas, para suplir en parte la asignatura de religión que había sido suprimida en las escuelas por el Gobierno republicano, la Juventud de Carmelo y Praga comenzó a acoger, además de a sus miembros natos los jóvenes, también a los adolescentes, que dejaban por su edad la Catequesis, dando así cierta continuidad a la etapa anterior. Todo niño o niña de la Catequesis era un posible candidato de la Juventud, donde encontraría una garantía de perseverancia. Por otra parte, la catequesis era uno de los fines primordiales de la Juventud Carmelo y Praga.

De la Juventud Carmelo y Praga, a lo largo de los años, fueron surgiendo grupos con entidad propia: Movimiento matrimonial del Carmelo, Legión de María, Grupos de Euskera, Grupo de Montaña, Grupo de danzas vascas Gaztedi, etc. A primeros del año 1962 se plantea introducir el Cine-Forum trayendo películas de calidad, iniciativa que encuentra respuesta positiva de la gente. Y, teniendo en cuenta que faltaba Cine infantil en Santutxu, se organizó cine para niños con una sesión los sábados y domingos por la tarde.

Cuando el P. Máximo se hizo cargo de la Juventud Carmelo y Praga el año 1963, como en todo lo que él tocaba, se vio enseguida un importante y nuevo impulso, dinámico e innovador, siendo una de las primeras y más significativas innovaciones la integración en septiembre de 1963 de ambas Juventudes, la masculina y la femenina. Esta integración de la Juventud masculina y femenina, propiciada por el P. Máximo, favoreció notablemente la nueva marcha de la Catequesis.

Se introduce en el Centro la Legión de María con presidiums formados por socios mayores y juveniles: chicos y chicas, especialmente éstas. Se anima a todos los socios para que se incorporen a una de las siguientes tres formas de apostolado: Catequesis, Legión de María y algún equipo militante. Se compra un aparato de televisión y se coloca en el salón del bar. Careciendo todavía de él la mayoría de los hogares, son numerosos los niños, jóvenes y mayores del Centro (también algunos Padres de la Comunidad) que acuden para ver algunos programas, especialmente deportivos. Y se urge a los socios mayores no dejar ver la TV a los pequeños cuando los programas no están autorizados para ellos, invitándolos amablemente a marcharse.

En la reunión de la Junta Directiva del 20 de noviembre de 1963 plantea el P. Máximo la posibilidad de construir un refugio en el monte Gorbea y se lleva a cabo el proyecto. Se crea también una sección de montañismo para encauzar esta emergente afición. Y en 1964 se inician las clases de euskera, apareciendo en los años siguientes el euskera incorporado a la labor cultural del Centro, como una de las actividades. En el informe al Provincial, P. Fidel Sarriegui, de 17 de febrero de 1967, el P. Maximo habla de aproximadamente 300 socios entre juveniles y adultos, sin contar los infantiles de los que no hay fichero. Y añade que la Juventud Carmelo y Praga se hizo cargo de la catequesis, que en ese momento tenía 1.700 matriculados, con una asistencia de 1.500. A la labor catequética, decía, "se dan con ganas tanto los chicos como las chicas" de la Juventud Carmelo y Praga.

-La parroquia del Carmelo. Por decreto 4 de marzo de 1970, leído en la misa concelebrada y presidida por Mons. D. José María Cirarda, el 19 de marzo de 1970, la iglesia del Carmelo fue erigida en parroquia, la catequesis pasó a ser parroquial y el P. Maximo fue nombrado el primer párroco. A las cinco de la tarde del mismo día, fiesta de san José, se celebró el bautismo colectivo de cinco niño, como símbolo e inicio de las tareas parroquiales que se asumían. El P. Máximo estuvo de párroco hasta 1975.

Como lo hacía en todo lo que se le encomendaba, el P. Máximo se entregó en cuerpo y alma a la compleja e importante pastoral parroquial, impregnando toda la actividad parroquial de la mejor tradición espiritual carmelitana, es decir, desde una vida fraterna, orante, evangélica y mariana. No encontró ninguna dicotomía entre su condición de carmelita y las obligaciones pastorales de la parroquia. Más aún, siempre creyó que la parroquia, por la inmediatez de trato con la gente, ofrece mayores y mejores posibilidades para la transmisión de nuestro mensaje carmelitano. Un pequeño botón de muestra puede ser que a todos los niños, que son bautizados en nuestra parroquia, se les impone el Escapulario de la Virgen del Carmen. Por cierto, es un gesto que, especialmente a los padres de los niós, les sorprende gratamente y lo expresan con emoción. El icono del P. Máximo, desempeñando el ministerio parroquial, puede ser una excelente vacuna contra el "virus" antiparroquial, que todavía pervive en algunos sectores de la Orden.

-Orden seglar de los Carmelitas Descalzos en Begoña. Es la nueva denominación, desde la aprobación por la S. Congregación para los Institutos de vida consagrada y Sociedad de vida apostólica, el 16 de agosto de 2003, de sus Constituciones. Antes se denominaba "Venerable Orden Tercera de la Virgen del Carmen y de Santa Teresa". El cambio que se ha producido no es solo nominal, sino sustancial. Hoy los seglares pertenecen a la Orden del Carmen igual que los frailes y monjas carmelitas. Así se dice en el n.1 de las nuevas Constituciones de OCDS: "Los Carmelitas Seglares, junto con los Frailes y las Monjas, son hijos e hijas de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo y de Santa Teresa de Jesús. Por lo tanto, comparten con los religiosos el mismo carisma, viviéndolo cada uno según su propio estado de vida. Es una sola familia con los mismos bienes espirituales, la misma vocación a la santidad (cf. Ef 1,4; 1 Pedro 1,15)".

Dejando atrás los años anteriores con sus luces y sombras, durante 20 años desde enero de 1997, el P. Máximo ha sido el Padre Asistente de la Orden seglar del Carmelo descalzo en Bilbao. Como señalan los hermanos y hermanas seglares, su nombramiento supuso un cambio positivo e ilusionante en la vida y actividad de todos, a través de sus charlas y retazos personales de su vida, que ayudaban a conocer más a él y al Carmelo del que estaba tan enamorado. Era de esas personas que “calan”, que dejan huella porque hablaba desde el corazón, me dice la Presidente actual.

He aquí el testimonio agradecido y resumido de una persona, miembro de la Orden seglar del Carmelo, que ha disfrutado y aprendido mucho junto al P. Máximo: "Nos decía muchas veces que disfrutaba con nosotros. Era hábil configurando nuestro corazón con el corazón de ese Jesús tan humano de Santa Teresa, con sus palabras certeras, su cercanía, sencillez, respeto absoluto, sin juzgar, incluso con sus silencios. Cómo sabía transmitir el amor que Dios nos tiene, la cercanía de ese Dios Padre. Con qué alegría nos hablaba de la riqueza de la Orden. Quería que nos sintiéramos realmente carmelitas, amaba al Carmelo. Estaba orgulloso de su escuela de oración que con tanto esmero preparaba, eligiendo textos, música, silencios oportunos… a la hora de compartir; cómo sabía hacernos bucear en nuestro interior. Trabajador incansable, en sus mejores años organizando excursiones de fin de semana a lugares carmelitanos, en los que disfrutábamos y que eran verdaderas catequesis. A veces le decíamos nuestro superasistente. Sólo nos dejó a su pesar hace poco, cuando su salud ya no respondía. Por nuestra fe en el Resucitado, sabemos que sigue viviendo, de otra forma, más plena, sigue con nosotros, y que cuando el grano de trigo muere, es cuando produce frutos y sus frutos se verán. Eskerrik asko aita Máximo. Ha sido un placer caminar a tu lado. Termino con las palabras que él decía: ser felices".

Más se puede decir del P. Máximo, pero mejor y con más sinceridad y cariño difícil.

-Kirikiño Ikastola. Desde 1977 hasta que se ha jubilado, el P. Maximo ha estado integrado como educador en la valiosa aportación que presta Kirikiño a la promoción cultural autóctoma. Durante todos esos años, Aita Máximo ha sido estimado y altamente considerado tanto por los alumnos como por el resto de los profesores y dirección del Centro. Por ese motivo, en su despedida, los mismos cordinadores nos han ofrecido estas palabras: "Maximok asko emon deusku ikasle eta irakasleoi. 1977ko ikasturtean... (zati bat dago tartean) Egun horretatik jubilatu arte, gugaz izan dogu irakasle, abade eta lagun moduan. Agur esateko asti barik joan jaku, baina halan da be, seguru nago bere gogoan eta errezuetan izan gareala: Karmeloko eleiztarrak, Kirikiñoko familia."

-Monjas y religiosas. Aunque solo sea una escueta referencia, es de justicia decir también que el P. Maximo se ha dedicado, con entusiasmo y con su rico bagaje espiritual carmelitano, al apostolado entre nuestras monjas y religiosas carmelitas, además de entre otras religiosas no carmelitas. Era para él un trabajo apostólico especialmente apasionante y que con tanto cariño se lo agradecían. Ha sido, para tantas almas consagradas, portador de una filial devoción a la Virgen del Carmen y de la espiritualidad Teresiano-Sanjuanista y de Santa Teresita.

-Muerte y funeral. En la fiesta de Inmaculada Concepción, cuando ya sabíamos que el final del P. Máximo era cuestión de horas, durante la comida, un hermano de la Comunidad exclamó como una jaculatoria: "El P. Máximo, que tanto ha amado a la Virgen, morirá en esta fiesta de la Inmaculada para ir al cielo". Y, entre emocionado y esperanzado, se echó a llorar. Y así sucedió. La noche entre la Inmaculada y el día siguiente, domingo, se fue a la casa del padre. Entre que anunciamos en las misas del domingo día 9 y los modernos medios tecnológicos, la noticia corrió como la pólvora, no dejando de sonar continuamente el teléfono de la comunidad por la gente que llamaba interesándose.

El día 10 de diciembre, su funeral fue una impresionante manifestación de oración, cariño y agradecimiento por parte de la gente, de toda condición y edad, que abarrotó, como seguramente nunca había visto yo, la iglesia del Carmelo, que no es precisamente pequeña. A las 4´30 de la tarde se colocó el féretro ante el altar y, durante una hora, la gente desfiló ante su cadáver para verle por última vez y expresarle su agradecimiento. A las 5´30, el R.P. Provincial, al que le acompañamos 21 sacerdotes más y que presidió la Eucaristía, colocó sobre el féretro la Sagrada Biblia como símbolo de la Palabra de Dios que predicó, el Escapulario de la Virgen del Carmen como hábito que llevó como carmelita y la estola como expresión de su condición de presbítero.

El P. Provincial esbozó en la homilía la vida del P. Máximo como sacerdote y carmelita, y terminamos con un canto a nuestra Madre del Carmen. ¡Aita Máximo, descansa en Dios!

Otras muchas cosas hizo el P. Maximo, que estarán escritas en el Libro de la Vida del Padre. Eskerrik asko P. Máximo. Has sido un regalo para tus hermanos y amigos del Carmelo de Begoña.

P. Pedro Anacabe

14-12-2018, Fiesta de San Juan de la Cruz.

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