Apertura y estudio del cuerpo incorrupto de Santa Teresa de Jesús
La primera fase del estudio del sepulcro y las reliquias de Santa Teresa de Jesús en Alba de Tormes (Salamanca) ha finalizado, arrojando nuevas certezas sobre el estado de salud de la Santa en los últimos años de su vida. Este análisis, realizado por un equipo médico especializado, ha revelado detalles hasta ahora desconocidos sobre las dolencias que aquejaron a la mística carmelita.
Tras esta referencia de la Curia de la Orden en Roma, copiamos el texto del artículo del periódico LA VANGUARDIA, del 31 de agosto de 2024
La Vanguardia - Redacción y agencias - 31/08/2024 14:06
La primera fase del estudio del sepulcro y las reliquias de santa Teresa de Jesús en Alba de Tormes (Salamanca) ha concluido con las primeras certezas sobre la salud de la religiosa en los últimos años de su vida. La primera mujer nombrada doctora de la Iglesia “tenía una complexión física muy frágil y, durante los últimos años de su vida, caminaba muy encorvada como consecuencia de una cifosis”, es decir, una curvatura exagerada hacia adelante de la parte superior de la espalda.
La cifosis se debe a la debilidad de los huesos de la columna vertebral, lo que hace que se fracturen y compriman, aunque santa Teresa no padecía osteoporosis. “La deformación de las vértebras de la columna la obligaban a respirar con dificultad, al menos, en la fase final de su vida, asegura Marco Chiesa, postulador General de la Orden del Carmelo Descalzo y los ojos del Vaticano en la exhumación de los restos, que se realiza por primera vez desde 1914.
Los análisis revelan que la religiosa tenía muchos problemas para caminar por las espinas calcáreas formadas en sus pies
Este primer análisis médico ha constatado que la religiosa también padecía reuma y artrosis en la rodilla izquierda, además de espinas calcáreas en los pies, que le dificultaban la movilidad. Teresa de Jesús, dice el padre Chiesa, sufrió en los últimos años de vida una fascitis plantar: “Los médicos indican que esta lesión le debía causar mucho dolor”.
Por su parte, el prior de Alba de Tormes, Miguel Ángel González, ha relatado que este primer examen revela que utilizaba con gran precisión tanto la mano derecha como la izquierda de manera que se abre la hipótesis de que pudiera ser ambidextra.
Hasta el momento, se sabía (ya que Santa Teresa lo dejó escrito) que el 24 de diciembre de 1577 se rompió el brazo izquierdo en San José de Ávila y que en mayo de 1578 se lo recompuso una curandera de Medina del Campo. “Los expertos han descubierto ahora que no hubo fractura en el brazo izquierdo; hubo dislocamiento, sobre todo en la muñeca. Cuando la curandera, después de meses pudo ayudarla , ella y una criada tiraron del brazo y dislocaron su unión con el hombro. O sea, fue peor el remedio que la enfermedad. Ese brazo le quedó bastante inutilizado los 5 años que le quedaban de vida”.
Trabajos de mejora de conservación de las reliquias
Tras la conclusión de esta primera fase de los trabajos de mejora de conservación de las reliquias, esta semana se procedió al cierre de la urna de plata con sus cuatro llaves correspondientes y se ha trasladado la urna con el cuerpo de la Santa al camarín alto de la basílica. También se han colocado ya el brazo, el corazón y la mano en sus correspondientes relicarios, que han sido sometidos a un proceso de limpieza. El corazón y el brazo han sido colocados nuevamente en el camarín, donde permanecen de manera habitual.
Las partes descubiertas esta semana del cuerpo y las reliquias mayores de santa Teresa de Jesús, la primera mujer doctora de la Iglesia, que descansan en la basílica de la Anunciación de Alba de Tormes, Salamanca, están “igual” que en 1914. Al menos en lo que se refiere a su aspecto externo y a falta de los análisis científicos, según Marco Chiesa.
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